En los últimos años la gestión de riesgo se ha convertido en uno de los aspectos más relevantes en las organizaciones, esto se debe a que de ella puede depender el éxito o fracaso de las mismas.
La administración de riesgo abarca diferentes acciones, objetivos o políticas que permiten principalmente indentificar, medir y controlar el riesgo.
Todas las empresas independientemente de su función, tamaño o actividad están expuestas al riesgo, aunque cada una en diferente medida. Así que requieren de una organización administrativa y operativa guiada por personal altamente calificado en el tratamiento del riesgo.
En junio de 2004 se publica un documento dirigido a los bancos, denominado "Basilea II", cuyo objetivo es construir las bases para la regulación prudente del capital, la supervisión y disciplina de mercado, así como mejorar la gestión de riego y estabilidad financiera.
El documento se basa en tres pilares:
I Pilar: requerimientos mínimos de capital.
II Pilar: Gestión y Supervisión.
III Pilar: Transparencia y disciplina de mercado.
III Pilar: Transparencia y disciplina de mercado.
Refleja la necesidad de divulgación de información por parte de las entidades bancarias de forma periódica, oportuna, confiable y manera específica. Esto impulsa la disciplina del mercado eficaz, ya que todos los participantes del sistema financiero poseerán las herramientas para evaluar el desempeño de la institución y sus riesgos asociados.
La información publicada debe estar compuesta principalmente por: estados financieros, posiciones financieras, actividades de gestión de riesgo, actividad empresarial y administrativa, prácticas contables y manejo de créditos.
Los supervisores y auditores (Internos y externos) serán los encargados de velar por la confiabilidad de la información expuesta, para generar mayor confianza e incentivar a los bancos a actuar de forma prudente  y mejorar su gestión de riesgo.
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