A lo largo de este semestre hemos podido tocar las áreas más importantes del Riesgo en una Institución, financiera y no financiera. Podemos destacar los distintos tipos de riesgo: crédito, operacional, de mercado, legal y reputacional. Cada uno de ellos deben ser tomados en cuenta a la hora de tomar decisiones administrativas y estratégicas en una organización.
El riesgo de crédito es aquel que se incurre por el posible incumplimiento del contrato por parte de la contraparte. Este tipo de riesgo se debe mitigar y gestionar previendo un monto estimado de las posibles pérdidas que se puedan materializar.
El riesgo operacional se define como las posibles pérdidas resultantes de la falta de adecuación o fallas en los procesos internos, de la actuación del personal o de los sistemas o bien aquellas que sean producto de eventos externos. Se puede gestionar de distintas maneras como por ejemplo: mayores controles internos (auditorias), monto provisional para pérdidas (parecido al riesgo de crédito) o también, identificando a través de una matriz probabilidad-impacto de los eventos adversos a la empresa, para de esa forma poder tomar decisiones que no impacten las áreas donde se lleva a cabo la mayor parte del riesgo operacional.
Por otro lado, el riesgo de mercado es la potencial pérdida que se puede generar por movimientos adversos en los factores de mercado. Este riesgo tiene distintas clasificaciones: riesgo de precio, liquidez, tipo de cambio, de tasa de interés. Para gestionar este crédito se utiliza comúnmente la metodología “Value al Risk” la cual se define como la posible pérdida potencial que se puede incurrir en un momento determinado y bajo un nivel de confiaza específico, asumiendo que la distribución de la pérdida se comporta como una curva normal.
Y por último el riesgo legal y reputacional. El riesgo legal es aquel en el que se incurre por asuntos de carácter legal como son cambios de leyes, fraudes, malas interpretaciones de las leyes que rigen la organización, etc. Mientras que el riesgo reputacional se define como aquellas pérdidas que se pueden general por la mala imagen de la empresa, por incumplimiento de sus obligaciones (por ejemplo, pago tardío a los proveedores genera la pérdida de nuevos, potenciales y antigüos proveedores), etc.
Es importante que las organizaciones identifiquen cada área y además puedan ser capaces de localizar y analizar cada uno de los riesgos, para así poder estudiar y prevenir un impacto negativo en los resultados del negocio.
El riesgo de crédito es aquel que se incurre por el posible incumplimiento del contrato por parte de la contraparte. Este tipo de riesgo se debe mitigar y gestionar previendo un monto estimado de las posibles pérdidas que se puedan materializar.
El riesgo operacional se define como las posibles pérdidas resultantes de la falta de adecuación o fallas en los procesos internos, de la actuación del personal o de los sistemas o bien aquellas que sean producto de eventos externos. Se puede gestionar de distintas maneras como por ejemplo: mayores controles internos (auditorias), monto provisional para pérdidas (parecido al riesgo de crédito) o también, identificando a través de una matriz probabilidad-impacto de los eventos adversos a la empresa, para de esa forma poder tomar decisiones que no impacten las áreas donde se lleva a cabo la mayor parte del riesgo operacional.
Por otro lado, el riesgo de mercado es la potencial pérdida que se puede generar por movimientos adversos en los factores de mercado. Este riesgo tiene distintas clasificaciones: riesgo de precio, liquidez, tipo de cambio, de tasa de interés. Para gestionar este crédito se utiliza comúnmente la metodología “Value al Risk” la cual se define como la posible pérdida potencial que se puede incurrir en un momento determinado y bajo un nivel de confiaza específico, asumiendo que la distribución de la pérdida se comporta como una curva normal.
Y por último el riesgo legal y reputacional. El riesgo legal es aquel en el que se incurre por asuntos de carácter legal como son cambios de leyes, fraudes, malas interpretaciones de las leyes que rigen la organización, etc. Mientras que el riesgo reputacional se define como aquellas pérdidas que se pueden general por la mala imagen de la empresa, por incumplimiento de sus obligaciones (por ejemplo, pago tardío a los proveedores genera la pérdida de nuevos, potenciales y antigüos proveedores), etc.
Es importante que las organizaciones identifiquen cada área y además puedan ser capaces de localizar y analizar cada uno de los riesgos, para así poder estudiar y prevenir un impacto negativo en los resultados del negocio.
 

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